Según datos del gobierno norteamericano, el nombre técnico es “Cadillac One” y por sus características su apodo es “La Bestia” . La limusina blindada de color negro la usa el presidente de turno de Estados Unidos y se trata de una “fortaleza sobre ruedas”.
El “Cadillac One” es el resultado de un proyecto de General Motors y una inversión de 15,8 millones de dólares. El fin fue crear la versión más nueva de una limusina blindada en reemplazo de la que usó Barack Obama en 2009.
Entre sus detalles clave, su blindaje se despliega en puertas y vidrios, llega a tener un espesor de hasta 12 centímetros y resiste ataques de cartuchos del calibre .44 Magnum. Sus neumáticos se recubren internamente con kevlar, el cual se usa en cascos y chalecos militares en campo de batalla.
Pesa nueve toneladas, su suspensión es ágil y posee una gran maniobrabilidad, lo que le permite escapar de grandes amenazas aunque tenga una longitud de 5,5 metros. El motor funciona con diésel como una medida extra de seguridad, ya que ese combustible es menos volátil que la gasolina.
Dentro de la cabina de pasajeros, los mismos pueden enfrentar ataques con armas radiológicas, biológicas y químicas.
También sobreviven a un escenario posterior al estallido de una bomba nuclear. Y el piso está hecho para soportar explosiones de minas, granadas o artefacto de este calibre.
Por otro lado, en caso de que hieren al presidente, dentro del auto hay una reserva de sangre con el grupo sanguíneo presidencial y un sistema de oxígeno en el baúl.
Por su parte, también hay listas de armas para repeler cualquier amenaza y un maletín con todos los datos para la orden de un contraataque.